viernes, 30 de marzo de 2012

----LOS INDÍGENAS SIGUEN SIENDO POSTALES EN EL CUSCO? RACISMO, ENVIDIAS, DESARROLLO Y EL AEROPUERTO INTERNACIONAL DE CHINCHERO

Dragostea, como grupo que desde siempre ha luchado por los que -para muchos- son invisibles en estas sociedades, quiere reproducir y apoyar las palabras que ha escrito el artista cusqueño Jorge Millones.


“TÚ NO ERES CUSQUEÑO”
A propósito del nuevo aeropuerto de Chinchero y la envidia desarrollista.


Jorge Millones


Que el Cusco necesita reubicar su aeropuerto es verdad, sobre todo para los ciudadanos que viven cerca del viejo aeropuerto Velasco Astete y soportan desde hace años, no sólo los ruidos molestos de los aviones y sus interferencias, sino la posibilidad de que pudiera ocurrir una desgracia cerca de sus casas. También es verdad, que un aeropuerto internacional sería beneficioso para la economía cusqueña, especialmente, para la cadena económica que empieza con los grandes hoteles transnacionales, pasa por un sector de negocios locales y termina con los guías turísticos. Aún se espera el “chorreo económico” para la mesa de los demás cusqueños no vinculados al turismo.
El proyecto de construir un aeropuerto internacional en los territorios de las comunidades de Chinchero se ha convertido en un emblema político para algunos, en una bandera de lucha para otros, y también –¡cuándo no!- en una oportunidad para hacer turbios negocios con los de siempre. Cuando hay tanto dinero de por medio, es natural que las cosas se enrarezcan y salten intereses de todo tipo.

Enemigos íntimos.
La gestión del Presidente Regional del Cusco Jorge Acurio, tiene en la construcción del aeropuerto internacional de Chinchero una oportunidad política inmejorable, ya que con solamente el inicio de la construcción de este proyecto podría dejar atrás las múltiples críticas y denuncias a su gobierno. Pero también tiene otro reto por resolver, y es el proyecto de Majes-Sihuas II, que como sabemos, no sólo es perjudicial para el lado cusqueño, sino también, para la pequeña agricultura del lado arequipeño.

El caso de Majes-Sihuas II, ha logrado aglutinar a la gran mayoría en el Cusco y se oponen rotundamente a este proyecto, es más, se ha convertido en un tema de identidad local exacerbado por la vieja rivalidad con Arequipa, y aquí la Ley de Consulta Previa juega un papel importantísimo para los intereses del lado cusqueño. Pero en el tema del aeropuerto las cosas se han puesto difíciles, pues la Ley de Consulta Previa podría demorar, entorpecer y hasta abortar la construcción del esperado aeropuerto. Ante esa posibilidad, se han crispado una serie de “personajes” de la política cusqueña con reverberaciones mediáticas, revelando además una cadena de penosas fracturas sociales y atavismos coloniales irresueltos que trataremos más adelante.

Hace pocas semanas se supo que un operador político de Jorge Acurio fue echado de Chinchero por los propios comuneros por intentar sobornarlos o torcer de mala manera sus decisiones. El escándalo tiene nombre propio, pero extrañamente no mereció mayor investigación de los medios locales. Pero más importante aquí es señalar que en este proyecto hay muchos intereses particulares en juego que exceden al propio Acurio, y sería muy interesante que se revelen a través de una investigación periodística seria. Estamos esperando.

Sin embargo, antes de investigar a los verdaderos “lobbies”, lo que ha escupido alguna prensa son acusaciones señalando infundadamente que los “enemigos del Cusco” hacen “oscuros lobbies” para entorpecer la construcción del aeropuerto, acusándolos de ser cómplices del “centralismo limeño”. (ver la edición del Diario del Cusco, viernes 23 de marzo de 2009)). Sí, existe un complot contra el Cusco, pero los están haciendo los fanáticos del neoliberalismo local.
Sabiendo que el aeropuerto de Chinchero es un tema sensible y una vieja reivindicación ciudadana, ésta “prensa” lo utiliza en una campaña negra contra los que, ni siquiera se oponen al aeropuerto, sino, ¡exigen que se haga bien y se respete el derecho de las comunidades! Aquí, los objetivos de esta guerra sucia han sido la Congresista Verónika Mendoza y la Asociación por la Vida y la Dignidad Humana (APORVIDHA). La Congresista Mendoza por su visible apoyo a las comunidades bajo el enfoque de la Ley de Consulta Previa y APORVIDHA por asesorar legalmente a las comunidades e interponer una acción de amparo.

Ojalá me equivoque, pero creo que lo más probable es que el nuevo aeropuerto tenga luz verde y pasen –para variar- por encima de las comunidades, porque están sometidas a tal presión, que agotadas de esta situación, terminarán negociando, y entonces la ley de Consulta Previa, en la práctica, será un saludo a la bandera y se generará un tremendo conflicto social. Pero si esto pasara ¿podrían los cusqueños invocar la misma ley para el caso de Majes-Sihuas II? No, hacerlo sería una descomunal incongruencia con consecuencias jurídico-legales. Vaya encrucijada para el Gobierno Regional.

¡Ay, cómo duele el Desarrollo!
Sin embargo, lo que llama poderosamente la atención, es que con este problema hayan aflorado en la sociedad cusqueña una serie de rezagos coloniales de tinte racista que subyacen a la ideología del Desarrollo. Y debo decir además, que coexisten tres elementos ideológicos transversales en el sentido común cusqueño:
El racismo, que se expresa en la invisibilización de las poblaciones indígenas, cuando no en su desprecio directo. Gracias a este factor, muchas comunidades son despojadas sin que nadie diga nada.
Un fanatismo neoliberal que pregona que los inversionistas son el principal actor social y la “mano invisible del mercado” resolverá todos los problemas de un modo mágico, aborreciendo todo control Estatal y peor aún, social. Gracias a este factor, la corrupción campea en casi todas las licitaciones y los empresarios, los técnicos y los políticos, mantienen una oscura alianza llenando sus bolsillos.
Un dogmatismo desarrollista que asume que el destino ineluctable del Cusco es desarrollarse a la manera de Lima y las grandes capitales del mundo. Gracias a este factor la población anhela más neoliberalismo completando el círculo vicioso.
La ideología del Desarrollo (incluso la sostenible) es profundamente dañina y nada intercultural. Es centralista e inevitablemente anti ambiental, porque la imagen de bienestar que promete y proyecta a los ciudadanos, es al estilo de vida de los ricos del norte, estilo de vida que es imposible de generalizarse a todos, por sus altos e irreversibles costos ambientales. Finalmente, la ideología del Desarrollo, no ha previsto la responsabilidad ética que tenemos con el futuro de nuestros hijos y de las demás especies del planeta, en ese sentido, es profundamente inmoral.
Pero analicemos algunas frases del sentido común: Al decir que: “la consulta previa entorpece el desarrollo del Cusco”, lo que vergonzosamente está emanando, es un profundo racismo y desprecio hacia los comuneros, es exactamente el mismo argumento que utilizó Alan García antes y después de los terribles sucesos de Bagua en el 2009. Cuando se dice: “deben pensar en los intereses del Cusco…” refiriéndose al aeropuerto, en realidad están pensando en sus propios intereses, porque en este modelo de Desarrollo, los intereses culturales, agrícolas y ancestrales de las comunidades no encajan, porque para la ideología “desarrollista” los comuneros no tienen territorios, sino “terrenos”, y un “terreno”, es un objeto que se puede comprar y vender, es un “bien” económico, una mercancía. No hay nada sagrado en una mercancía, se compra y se vende.

En cambio, el concepto de territorio, es mucho más complejo, comporta una cosmovisión, una historia ligada íntimamente a la Tierra, un conjunto de lazos culturales y sagrados que le dan significado a la existencia de cada comunero. Cuando esos lazos se rompen –de hecho el neoliberalismo ha promovido intensamente la ruptura de estos lazos- se rompe toda la lógica comunitaria, se pierden un conjunto de relaciones sociales, culturales e históricas. Por eso, es absolutamente irresponsable y de una supina ignorancia, decir que “el problema” se resuelve con “un estudio técnico, una tasación, un justiprecio, y finalmente, la compra de los terrenos a las comunidades”. Es claro, lo que en realidad están querido decir es: “¡Vende pues indio tus terrenos para construir nuestro aeropuerto!
En el Perú y en el Cusco, la Modernidad (y su versión radical: la globalización) han sido entendidas a la manera fujimorista: “cemento, fierro y obras”, y esto es así porque en esa oscura dinámica de concesiones y licitaciones, en esos huecos de descontrol social que ha dejado el tecnocratismo neoliberal, es donde más opera, gana y crece la corrupción. De allí la odiosa y resignada frase: “no importa que robe, pero que haga obras”, pero ¿y dónde quedan el respeto intercultural, los valores democráticos, la igualdad ante la ley, en buena cuenta, el concepto moderno de ciudadanía? El espíritu moderno reposa sobre el concepto de Ciudadanía y el reconocimiento de derechos para todas y todos sin distinción, pero el desarrollismo cusqueño ha excluido de esto a las comunidades. Este es pues el modelo de un “Cusco Desarrollado”, fierro, cemento y consumo, y una vida espiritual arrinconada en el turismo.

Es por ello, que existen las luchas populares (eufemísticamente llamadas “conflictos sociales”), es por eso que dispositivos como la Consulta Previa son necesarios para frenar el poder de los poderosos y hacer visibles a los que siempre fueron invisibilizados y ninguneados por una sociedad racista y conservadora. La ley de Consulta Previa podría ser en verdad una fisura dentro del muro neoliberal, y aunque fue promulgada por Ollanta Humala, dudo mucho que su gobierno la respete en los hechos.

No me toques el modelo.
Al recurrir a la Ley de Consulta Previa lo que ha hecho la Congresista Mendoza, es una “impertinencia”, porque les ha recordado a estos sectores conservadores y reaccionarios de la sociedad cusqueña, que los hermanos y hermanas de las comunidades también tienen derechos, es más, uno de sus derechos está consagrado a nivel mundial en el Convenio 169 de la OIT, y no sirve solamente para ponerle límites al Proyecto Majes Sihuas II, o para los abusos de las mineras, sino que –si se quiere ser coherente- también se debe aplicar a cualquier mega proyecto, como el susodicho aeropuerto. Por otro lado, el pecado de APORVIDHA ha sido hacer bien su trabajo, defender los derechos de los más débiles frente al poder. Ambas cosas son imperdonables para los círculos de poder y los sectores más conservadores la sociedad cusqueña. Por eso, es que los medios al servicio del “desarrollo neoliberal” han disparado contra ellos.

Dos factores no calcularon los defensores de las comunidades de Chinchero: primero, asumir que la mayoría de la población cusqueña en verdad apoyarían activamente sus propuestas, y no fue así. Incluso la gente que se reconoce como de izquierda o progresista ha tenido desafortunadas opiniones al respecto, evidenciando que el concepto que tienen de la Democracia no es intercultural. En el Cusco hay una buena porción de gente en la ciudad que piensa que sus necesidades son más urgentes e importantes que las necesidades de sus hermanos campesinos. Y en segundo término, que ante la arremetida de ciertos grupos de poder y del fanatismo neoliberal, la ciudadanía cusqueña y los sectores en verdad más democráticos iban a reaccionar en bloque a favor de la Consulta Previa, y no ocurre aún nada significativo en ese sentido Las principales instituciones han guardado silencio sobre estos temas. Por lo menos esta ingrata experiencia sirve para ver realmente las dimensiones de lo que nos toca transformar
La Ley de Consulta Previa es una “impertinencia” para el modelo, ni siquiera el propio gobierno nacionalista sabe cómo lidiar con ella, y podemos afirmar que las propias organizaciones indígenas tampoco la tienen clara, pero allí está la ley, para decirles a éstos sectores conservadores y reaccionarios de la sociedad cusqueña, que los hermanos y hermanas de las comunidades también tienen derechos.

Copiando lo peor de Lima
Al más puro estilo de Aldo Mariátegui y de la escuela “montesinista”, hace unos días el “Diario del Cusco”, periódico que dirige el ciudadano Alosilla, también mencionó mi nombre dentro del artero ataque mediático a la Congresista Verónika Mendoza. Me “acusaron” de haber trabajado para APORVIDHA, y “conspirar” también contra la construcción del aeropuerto de Chinchero. Además, dentro de mi supuesto “prontuario”, dijeron que yo era dirigente del partido Tierra y Libertad que dirige mi amigo Marco Arana. Todos saben de mi relación con la Congresista Mendoza, no abundaré más sobre eso, pero sí diré que cuando la Congresista encaró al ciudadano Alosilla el domingo pasado en su propio programa, este nerviosamente amenazó con sacar un video donde supuestamente aparezco conspirando. Obviamente no mostró nada, a pesar del ademán que hizo “A ver búscame ese videíto, hay un campesino que lo menciona”. Ahora va a tener que probar que ese video existe y no es un montaje, que he trabajado en APORVIDHA y que milito en Tierra y Libertad.

Conozco a los amigos de APORVIDHA y a Izcra Chávez por su infatigable defensa de los Derechos Humanos y la Democracia. Nunca he sido contratado por ellos, ni desarrollé labor alguna que haya sido remunerada, más bien participé con ellos en muchas jornadas de lucha contra el retorno de la mafia “fujimontesinista”, esa de la que han aprendido bien algunos “periodistas” cusqueños que tiran barro con ventilador. Renuncié al partido Tierra y Libertad hace más de un año, y nunca tuve cargo relevante alguno, pero defiendo su ideario ambientalista, su defensa de los DDHH y su vocación democrática, no veo por qué tendría que ser malo o reprobable haber sido militante de Tierra y Libertad, como si comulgar con las ideas ambientalistas y defender el derecho de los pueblos fuera una prueba de torva maledicencia.
Ahora el ciudadano Alosilla, si es que en verdad cree en la ciudadanía, tendrá que rectificarse. ¡Bah! francamente lo dudo.

Malditos centralistas
Todos sabemos que existe el centralismo y lo aborrecemos, pero es un fenómeno mucho más complejo de lo que parece. Hay un centralismo que involucra a todo el país cuyo centro es Lima, pero allí no acaba la cosa, sino bastaría con invadir Lima o “descentralizar” el Estado y se acabó el centralismo. El centralismo no es sólo un fenómeno económico y político, es sobre todo un factor ideológico y cultural que se sostiene sobre la antigua idea de que: “yo soy mejor que tú”. Y eso, no lo piensan sólo los limeños, también los cusqueños de la ciudad respecto de sus hermanos indígenas.

Entonces, existe pues un centralismo local y regional, y para algunos el centralismo es en realidad una secreta envidia. Cuando despotrican contra Lima, no necesariamente están afirmando al Cusco. Los centralistas cusqueños quieren que nos desarrollemos a la manera de Lima, que el Cusco recupere su “esplendor imperial”, que haga honor a sus títulos. Y aquí el dogmatismo desarrollista juega un papel importante, porque exalta el modelo neoliberal de Lima. Odian a Lima pero quieren Ripley, Larcomar, multicines racistas y aeropuerto internacional, aunque los costos de aquello lo paguen las comunidades indígenas de la “periferia” cusqueña.

Neoliberalismo y Desarrollo se han homologado, son ahora una ecuación. Por eso, es que a los centralistas cusqueños les es imposible imaginar un “desarrollo distinto” al del modelo neoliberal, porque para no ser “subdesarrollados” es necesario tener todo lo que el patrón de poder dice que debemos tener. ¿Cómo miran embobados el supuesto desarrollo chileno los limeños? Lo miran con odio y envidia, y ¿a quienes miran los chilenos con envidia? A los países más “desarrollados”: EE.UU. y Europa, y aquí nos topamos con el límite, con aquello que dice Aníbal Quijano: que el patrón de poder(es decir, la regla, la norma justa, la medida que va a medir todo en la civilización) es colonial, es decir, arcaico y racista. La idea de Desarrollo es por eso, eurocéntrica y racista, mal hacemos en seguir sosteniéndola, mal hacemos en envidiar el Desarrollo de países que en el fondo piensan que nosotros no estamos capacitados para igualarlos jamás, mal hacemos en envidiar a países que han dejado al mundo al borde del colapso ambiental y cuyo pasatiempo ha sido la guerra, mal hacemos en no mirar a nuestros pueblos originarios como portadores históricos de una esperanza al Desarrollo, a esa esperanza le llaman el “buen vivir”.

No hay nada más centralista que el concepto de Desarrollo, porque quien lo reclama para sí, siempre es un subdesarrollado, y porque el ideal al que quiere llegar el subdesarrollado, es el de su dominador. Por eso se explica el odio y la envidia, odio porque en el fondo el subdesarrollado se sabe dominado, y envidia porque anhela ese poder para dominar a otro más débil.

Después de éstas reflexiones volvamos al tema del aeropuerto. En estos casos, cuando uno ve tanto nerviosismo y ansiedad de las autoridades y de algunos sectores de la “prensa”, las preguntas que hay que hacerse son ¿Cuáles serían los oscuros negocios que podrían esconderse detrás de la construcción de un aeropuerto internacional? Y ¿Quiénes se beneficiarían directa o indirectamente con las concesiones y licitaciones? Jalando el hilo de la madeja se debe llegar a la verdad. Pero esa, es labor de los periodistas, los de verdad.

Oye, una consulta…
La falsa acusación del diario de Alosilla de que coordinamos APORVIDHA, La Congresista Mendoza y este servidor, ojalá fuera cierta, lamentablemente no lo es, hay un nivel grande de desarticulación política en general, y muchos personajes “progresistas” siguen aún creyendo en el dogma eurocénctrico del “progreso y el desarrollo”. Por ello, es necesario que los investigadores de la cultura y de la historia del Cusco, las instituciones de la sociedad civil, los periodistas honrados, los defensores del patrimonio, los universitarios, los líderes políticos, los artistas, las organizaciones populares, los colectivos y los ciudadanos en general, se pronuncien sobre la Ley de Consulta Previa en este caso específico del aeropuerto. Porque si no lo hacen ahora, no esperen hacerlo en el tema de Majes Sihuas II, nadie les va creer. Pero lo más terrible no es eso, sino el mensaje que con su silencio le podrían estar dando a nuestros hermanos de las comunidades:
“Tú sólo eres una postal del Cusco, un buen tema de investigación, pero no tienes derechos, tú no eres cusqueño.”

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