----MATAN AL NIÑO OXIDADO.

Estos días vienen a sol pleno, aunque estemos en la sierra sur de nuestro Perú el verano se comienza a sentir. Hoy caminaba viendo a la gente sexy sensual tan variada y hecha todo un mix en las calles cuando recordé que estamos a menos de 20 días para que el Niño Oxidado cierre los ojos.

La sensación es como tener las tripas oxidadas, como querer que las articulaciones de este tiempo que avanza se oxiden, como querer pausar la tarde arequipeña que tan linda se ve desde la tienda. Estas últimas tardes han sido de helado, rosadas, fucsias. Como siempre en Arequipa el atardecer hecho arco-iris, o el arco-iris hecho atardecer, whatever.
El Niño Oxidado ha crecido en estos cinco meses intensos, increíbles en el que la huelga universitaria ayudó a que cada tarde sea un verdadero y buen poema. Las causas no valen la pena mencionarlas, considero más productivo listar las no-causas de nuestra partida: el placer orgásmico de compartir con la más selecta gente, las sorpresas explosivas compartiendo la vida, la vida misma con la gente que venía recontra huasca a llamar al locutorio, lo que a veces nos traía risas y otras susto (hasta que gracias a Dios y debido a la denuncia de un canal de televisión, pusieron policías frente a los locales de libación desenfrenada): ¿Se acuerdan cuando una muchacha lanzó el celular al mostrador de molesta? ¿Cuando se robaron el teléfono fijo? ¿Cuando la flaca a la que agredía su novio se cobijó bajo el abrigo de nuestra tienda? ¿Cuando se mechaban todos los borrachos afuera Yaya y yo sufríamos y ustedes todos morbosos miraban y miraban? ¿Cuando nos preguntaban todo el tiempo si vendíamos marihuana (supongo por lo stone de nuestro lugar, ja, ja, ja)? ¡Las interminables torti ricas! LAS TORTI RICAS que nos comíamos sin parar. Cuando lijamos todo para pintar, cuando lo pintamos y todo el mundo comenzó a hacer su diseño en la pared de los libros (abu... mi autoestima y la flechita y el hada de “todos somos cholos”, y los labios de Elena que ciertos rasparon con lija), cuando nos mechábamos y lanzábamos los sacos o nos decíamos “payaso” o nos salíamos llorando o nos salíamos diciendo: “vas a ver cuán rápido te sales del grupo”, cuando molestábamos a Sandrita (que huyó aterrorizada por nuestra responsabilidad) y cuando los borrachos también la molestaban por lo de “se venden besos S/. 2.00”. El juego de Collpase de Bob Esponja en la compu. Cuando echaban las publicaciones al ánfora de reciclaje de papel.

Cuántos y cuántos recuerdos. Les pido a todos los protagonistas de esta historia de ficción que dejen sus comentarios aumentando las experiencias, para que haya un testimonio casi tangible, para compartir con el mundo entero esta primavera que está a punto de volverse incolora.
No queda sino INVITAR A LA GENTE A QUE VAYAN Y CONOZCAN LO QUE ESTÁ POR ACABAR.
Ya saben, terminamos vendiendo libros (no sólo Pasto Verde, Dragostea y Caracol de Hojas Secas: se sumaron innumerables autores y editoriales como Fárrago, Aletheya, Bizarro, Estruendomudo y obviamente el Niño Oxidado vio nacer a su hermanito fashion: Cascahuesos editores), además de ropa exclusiva, carteras, alcancias, libretas, cuadros, discos y películas.
Por mi parte quiero agradecer con todo mi corazón del tamaño del mar a Augusto, Arthur, Richard, Arnaldo, Yaya, Marquito, Gonzalo, Laurita y Giuli por tanto, tanto y tanto bien.
Por último, se invita a la gente perteneciente al Niño a la desmantelación del local el día viernes 28 de diciembre, recuerden tenemos que dejar el local como lo recibimos.
¡HASTA SIEMPRE NIÑO OXIDADO!