domingo, 2 de octubre de 2011

----EL ELEGIDO DE JOHN MARTÍNEZ!!! EN LA FIL OH YEAH!


Sobre el Elegido de John Martínez

Recuerdo claramente haber conocido a John cuando escuché sus poderosos poemas en Caral. Un enorme círculo nos envuelve desde entonces y le estoy agradecido a la literatura por ello. Ahora, el interminable círculo de la cultura andina nos comienza a envolver a ambos. Las tradiciones que nos han heredado nuestros más antiguos seres son capaces de reinventarse y asumir nuevas vigencias, una prueba de ello es este poemario.

La impactante danza de tijeras es protagonista de este libro, pues en él se tejen historias donde claramente escuchamos el chasquido de los metales contentos, el arpa y el violín que se condensan y se presentan in crescendo hasta hacernos sucumbir en una magia multicolor. Con un ritmo solemne, más allá de las epifanías, a través de las páginas se nos describe rituales previos a la danza, lugares de iniciación y danzaqkuna ansiosos de vencer a la muerte o quizás al olvido de estas nuevas generaciones cada vez más plásticas y que saben cada vez menos de eso que llamamos espíritu, pues con el filudo bisturí de la poesía se reinventa y deconstruye nuestra tradición y, lo que es más importante, revive para todos.

¿Quién es pues, el Elegido?

El elegido es, ontológicamente, algo distinto. No es del todo divino, pero tampoco es del todo humano. Es alguien que puede detener el tiempo con la danza. Es un ser que puede provocar la lluvia alegre. Es paqcha, donde circula el agua que al mismo tiempo hace circular el mundo entero. Sin embargo, también es incendio. Es chakana, porque no sólo es nexo entre el hanan pacha y el kay pacha (y quién sabe si con el urin pacha) sino, como el propio libro, entre las generaciones, porque contiene la sangre que se mantiene y que se hereda, además es chakana entre el castellano y el quechua que hablo y entiendo y que, como todo en el libro, termina en el círculo de la herencia. El elegido es el que baila y que todo lo hace bailando. El elegido es un cuerpo que danza o, lo que creo que es lo mismo, hace poesía.

Aquí, entonces, la danza se ha traducido a la poesía y, hay que oírlo bien, por ello este libro termina siendo metadanza, porque, aunque suene a retruécano, la danza se explica a través de la poesía que también es danza. Y, para cerrar este círculo con el que hemos comenzado esta historia, esta danza regresa al Elegido y lo contiene. La danza es el hogar del elegido. La danza contiene al ser mitad divinidad, mitad hombre; porque el elegido existe a través de la danza, como el mismo Jhon lo explica: “Sólo el barro secado al sol moreno de mi camino/fogata de mi casa/canción” Y se reafirma con el siguiente verso: “Su casa son unas tijeras / la casa del danzante decora la intemperie y desnuda el frío”

Recomiendo a todo el libro de John Martínez porque su ritmo es como el río que corre entre las cumbres, pero que también vibra como las tinyas y como pinkuyllos. Porque es flexible como un puma de luz, pero también filoso como un hacha. Porque reinterpreta los órdenes, condensa las historias y las expande. Porque la poesía en el Elegido se hace carne que se viste con ropas tejidas con hilos de oro. Porque su poesía tiene el poder de los círculos y de las estrellas.

Jorge Alejandro Vargas Prado

Setiembre, 2011

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